La ortografía fonética
El único modo de corregir esta situación, es adaptando la escritura a la lengua. Es necesario que, tanto nahuablantes como difusores culturales comprendan que lengua no es escritura, sino pronunciación. La escritura puede y debe adaptarse a los cambios de la lengua.
La Iglesia Tolteca emplea una ortografía simple para el náhuatl clásico, compuesta por las siguientes letras:
A, Ch, E, I, K, L, M, N, O, P, S, Sh, T, U, W, Y, ’
Este sistema tiene dos ventajas sobre el popular:
1. Representa los sonidos del náhuatl tan bien como se puede, sin recurrir a signos especializados.
2. Es biunívoco, es decir, cada expresión oral tiene solo una ortografía posible, y cada expresión escrita tiene solo una pronunciación posible.
Pero esta convención no basta para garantizar por tiempo indefinido la correcta pronunciación del náhuatl. Las lenguas nativas necesitan escrituras evolutivas, que se adapten a la deriva fonética del español y el inglés. Por lo tanto, tan importante como establecer una ortografía que refleje los sonidos del náhuatl, es revisarla cada uno o dos siglos.
La escritura original del náhuatl era mediante signos fonéticos silábicos con mezcla de ideogramas.