El náhuatl clásico

Durante su historia, el náhuatl ha ido cambiando. La variedad más antigua es el macehual o Masewalla’tolli, lengua común. Sin embargo, a partir del siglo 11, esta variante comenzó a expandirse y fue adoptada como lengua oficial por los estados nahuas. A medida que se expandía, se iba refinando, en respuesta a las necesidades de la cada vez más compleja vida social. Así surgió el náhuatl clásico, cuyo nombre propio es tecpil o Tekpilla’tolli, lengua noble; también le llamaban Weltetla’tol y Kualla’tolli, buen lenguaje.


El náhuatl se definió como una lengua clásica entre los siglos 14 y 15, gracias al trabajo de literatos como Ayokuan de Huexotzingo, Temilotsin de Tlatelolco, Nesawalkoyotl y Nesawalpilli de Texcoco, y los líderes mexicas. El interés de estos autores por la lengua fue tal, que crearon una institución llamada Shochitl Kuikatl Tla’tokan, consejo de flor y canto, la cual funcionó como Real Academia de la Lengua, normalizando la fonética, la semántica, la composición y el vocabulario, como describe el cronista Ixtlilxochitl:

“Los nahuas hablan la lengua culhua (náhuatl), que ahora los españoles llaman ‘mexicana’. Son naciones de todo tipo que la han aprendido. Los que mejor la hablan son los texcocanos, pues hablan con elegancia, en forma comedida y sin ademanes, y distinguen cada palabra. Por eso, antiguamente, iban a Texcoco todas las naciones para aprender la lengua culta, pues los reyes de esta ciudad se honraban en mantener escuelas y universida-des para estos asuntos. Ellos le dieron los acentos y sentidos a la lengua tolteca (normalizaron la pronun-ciación y la semántica), componiéndola con las lenguas de los chichimecas y otras naciones”. (Cuarta Relación)

El modo como los literatos se daban a conocer al pueblo las mejoras efectuadas a la lengua, era mediante competencias de poemas, canciones y discursos. Al recordar de memoria las canciones, las personas se obligaban a pronunciar de modo correcto. Además, los aportes se integraban a la educación escolar.

Este esfuerzo generó un canon literario que sirvió como referente de la lengua, del cual sobreviven dos textos principales:

• Unos discursos sapienciales llamados Wewetla’tolli, pláticas de los antiguos.

• Una colección de poemas y cantos filosóficos llamados Teukkuikatl, cantares de los señores.