El náhuatl sacramental
Un siglo antes de la invasión, el náhuatl clásico generó dos variedades de uso profesional: el Teonawatl, habla sagrada, y el Nawali’toa o Nawalla’tolli, habla oculta. El Teonawatl fue empleado por los sacerdotes y dejó registro en los Himnos Sacros del Templo Mayor, una colección de poemas que se conserva gracias a los informantes de Sahagún. Esta variante se caracteriza por su gran concisión, la omisión de pronombres redundantes, la ostentación de arcaísmos y la abundancia de recursos literarios.
Por su parte, el Nawali’toa fue empleado por los médicos y chamanes. Quedó recogido en los conjuros nahuales de Alarcón y La Serna. Si principal característica es que usa los términos con sentidos caprichosos; por ejemplo, al Tepostli, hacha, le llama Chichimekatl, salvaje. También contiene numerosos arcaísmos y términos crípticos que oscurecen la comprensión, a tal punto, que los cronistas no fueron capaces de traducir estos conjuros correctamente.
Ambas variedades se extinguieron a comienzos del siglo 17, víctimas de la persecución de los sacerdotes y chamanes por parte de las autoridades coloniales.